Principales Sesgos Cognitivos

Principales Sesgos Cognitivos

Principales Sesgos Cognitivos

Un sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica Puesto que los sesgos que nos acechan son imposibles de eliminar, la manera más eficaz de minimizar sus efectos es por medio del conocimiento de dichos sesgos y de la autocrítica.

Aquí se exponen algunos de los sesgos cognitivos más comunes, presentes casi a dario en la inmensa mayoría de los especímenes de la especie autodenominada homo sapiens. Se han catalogado unos 156 sesgos.

Biotecnólogo, empresario

Presidente de Terra, Agroterra, y TerraWater Inc.
Presidente de la Fundación EcoPlanet

Sesgo de confirmación

Tendencia a favorecer, buscar, interpretar y recordar la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas. Las personas muestran esta tendencia cuando reúnen o recuerdan información de manera selectiva, o cuando la interpretan sesgadamente. El efecto es más fuerte en publicaciones con contenido emocional y en creencias firmemente enraizadas. También tienden a interpretar que las pruebas ambiguas apoyan su postura existente. Propicia la perseverancia de las creencias (cuando las creencias de las personas persisten pese a que se ha demostrado su falsedad), el efecto de primacía irracional (cuando se tiene mayor confianza a las primeras experiencias tenidas con algún hecho, que a las más recientes) y la correlación ilusoria (cuando la gente falsamente percibe una asociación entre dos acontecimientos o situaciones).

Sesgo de falso consenso

Tendencia experimentalmente corroborada de creer que las propias opiniones, creencias, valores y hábitos están más extendidos entre el resto de la población de lo que realmente lo están. La mayoría piensa que su propia visión del mundo y su forma de vida está más extendida de lo que realmente está. Relacionado con el sesgo de confirmación.

Sesgo de memoria

Mejora o deteriora la rememoración de un recuerdo (ya sea la probabilidad de que el recuerdo sea rememorado, o la cantidad de tiempo necesario para que esto ocurra, o ambos), o que altera el contenido de un recuerdo reportado. Percibimos los eventos pasados como más predecibles de lo que fueron.

Efecto Dunning-Kruger

Tendencia de las personas con baja habilidad en un área específica a sobreestimarse en esa habilidad. Esta gente no solo llega a conclusiones erróneas y toma decisiones malas, sino que, además, su incompetencia también les quita la habilidad metacognitiva para darse cuenta de ello. Esto se denomina el ‘relato de la doble carga’: la falta de competencia y la ignorancia de esta falta. Es esa extrema ignorancia la que causa una extrema autoconfianza, lo que a veces sirve para explicar el fenómeno contrario: que los mayores expertos no tengan confianza en la validez de trabajo. Explica cómo los más ignorantes se creen los más listos, lo que cotidianamente se llama ‘efecto cuñado’. o ‘cuñadismo’. La mayor parte del pensamiento magufo, de las teorías conspiranoicas y negacionismos abundan en personajes que encajan con este perfil. «Yo no he estudiado Física pero sé que…». Las personas con pocas capacidades no son capaces de ver que realmente no son tan buenos como se piensan, sin embargo, cuando estas personas aceptan entrenarse para aumentar estas capacidades adquieren más facilidades para ver que previamente eran incompetentes.

Sesgo retrospectivo o sesgo a posteriori

Inclinación a ver los eventos pretéritos como predecibles. También es conocido como «ya lo sabía yo». Es cuando, después de leer algo, creemos que es muy fácil. En otras palabras, el resultado parece de sentido común si ya se sabía previamente el resultado. Este sesgo puede provocar arrogancia (sobreestimamos nuestras capacidades). Asimismo, como las respuestas son “obvias” se castiga a los que no han tomado las elecciones correctas, mientras que no se alaba a los que si eligieron correctamente la respuesta.

Sesgo de correspondencia o error de atribución

Tendencia de hacer excesivo énfasis en las explicaciones fundamentadas, comportamientos o experiencias personales de otras personas.

Sesgo endogrupal

Los miembros de un grupo presentan una tendencia a valorar de forma positiva a los miembros de su propio grupo. Sin embargo, no tienen una percepción positiva de los miembros ajenos.

Pensamiento de Grupo

A veces queremos mantener la armonía del grupo y esto nos lleva a adoptar decisiones irracionales para evitar que surja el conflicto.

Sesgo por interés personal

Tendemos a percibir nuestros fracasos como circunstanciales, pero consideramos que nuestros éxitos son debidos a nuestro mérito.

Efecto Forer, efecto Barnum o falacia de validación personal.

Es la tendencia a sentirnos identificados por descripciones de personalidad generales o vagas con las que, en general, puede identificarse cualquiera. Nos hace creer que las descripciones generales se aplican personalmente a nosotros. Muy común en campos como la astrología, la adivinación, la grafología… Sucede porque todos tendemos a creer que somos especiales y únicos. Se relaciona con la búsqueda de confirmación (cuando reciben una descripción, buscan activamente las partes que parecen encajar con su autoimagen) y la ambigüedad intencional (las descripciones suelen ser vagas y ambiguas, lo que permite a las personas interpretarlas de manera que se adapten a su propia experiencia)

Efecto arrastre

Tendencia a apuntarse a las tendencias o modas, hacer o creer en algo porque mucha más gente lo hace.

Efecto halo

Si ves a una persona con un rasgo positivo, esa impresión positiva se extenderá a sus otros rasgos. Este efecto también ocurre a la inversa cuando se trata de rasgos negativos.

Suerte moral

Una mejor posición moral se debe a un resultado positivo; una peor posición moral se debe a un resultado negativo. Es decir, la tendencia a atribuir una mayor o menor posición moral basada en el resultado de un evento.

Maldición del conocimiento

Una vez que sabemos algo, asumimos que todos los demás también lo saben. Este sesgo cognitivo se produce cuando un individuo, en comunicación con otras personas, sin saberlo, supone que los otros tienen los antecedentes necesarios para entender lo que dice.

Heurística de disponibilidad

Nos basamos en los ejemplos inmediatos que nos vienen a la mente al hacer juicios. Éste sesgo se ocasiona ante decisiones muy rápidas ya que tendemos a valorar más la información que es más fácil de recordar; por ejemplo podemos pensar que fumar no es tan malo porque mi abuelo fumaba con 100 años y siempre estuvo bien de salud.

Sesgo de primera impresión

Puede parecer que lo primero que observamos predice y generaliza lo que va a volver a suceder en una ocasión similar. Imagina que conoces a una persona y al conocerla el primer día contó un chiste, diremos entonces que es Javier el chistoso.

Efecto anclaje

Parece que damos más importancia a la primera información que recibimos sobre algún tema que desconocemos y terminamos posicionándonos a favor sobre todo si la fuente de información es relevante para nosotros.

¿Qué son los Sesgos Cognitivos?

¿Qué son los Sesgos Cognitivos?

¿Qué son los Sesgos Cognitivos?

Un sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalismo, que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí. Puesto que los sesgos que nos acechan son imposibles de eliminar, la manera más eficaz de minimizar sus efectos es por medio de la autocrítica. En este sentido, lo más importante es recordar el principio postulado por Richard Feynman:

«El primer principio es que no debes engañarte a ti mismo, y tú eres la persona más fácil de engañar»

Biotecnólogo, empresario

Presidente de Terra, Agroterra, y TerraWater Inc.
Presidente de la Fundación EcoPlanet

Los sesgos sociales se denominan generalmente sesgos atribucionales y afectan a nuestras interacciones sociales de cada día, también están presentes en la probabilidad y toma de decisiones: se denominan también ‘prejuicios cognitivos‘. Ante un estado de confusión, es importante precisar y destacar los mecanismos netamente cognitivos de los intelectivos ya que estos últimos corresponden en la intuición a sesgos preceptivos conocidos comúnmente como falacias.

La existencia de sesgos cognitivos parece ser un rasgo adaptativo surgido durante la evolución humana, que ayudaría a tomar decisiones rápidas ante ciertos estímulos potencialmente dañinos, en situaciones en las que una respuesta inmediata puede ser más valiosa para la supervivencia que un análisis detallado. Esta inmediatez puede conducir a tomar decisiones erróneas, a veces con consecuencias graves.

Entendemos por prejuicio el tomar decisiones sin tener una experiencia propia, un hecho que evolutivamente parece estar extendido. Es un juicio de valor apriorístico, previo al proceso racional y a la sopesación de datos y argumentos. En el español de uso corriente la expresión «prejuicio cognitivo» se acerca más al significado de las palabras «tendencia», «sesgo» o «predisposición», es decir, ligado más a la parte inconsciente, irracional, emocional… Lo que en ciencia es reprensible es el acto de evitar comprobar el prejuicio o solución, desde una postura científica, el situarse en una postura cerrada y fija y aislarse dando por ciertos los datos imaginados. Al no disponer de información contrastada, sino sólo disponer de los sesgos y probabilidades (procedentes de los valores adquiridos) o tópicos inciertos (procedentes de vagas referencias de otros) reduce, en definitiva, las posibilidades de usar la lógica para tomar decisiones correctas o para alcanzar la verdad.

El cerebro y en general la evolución premia la supervivencia a corto plazo en lugar de una estrategia a largo plazo de búsqueda de la verdad.

Todo aquel que se dedique a la investigación, ya sea con fines científicos, periodísticos o simplemente por afición personal a determinados temas o asuntos, debe tenerlos en cuenta para no caer en ellos y hacer un continuo autodiagnóstico para corregirlos. Puesto que los sesgos que nos acechan son imposibles de eliminar, la manera más eficaz de minimizar sus efectos es por medio de la autocrítica. En este sentido, lo más importante es recordar el principio postulado por Richard Feynman:

«El primer principio es que no debes engañarte a ti mismo, y tú eres la persona más fácil de engañar»

En 2016 la revista Nature publicó un artículo advirtiendo de una crisis de reproducibilidad en la ciencia. En su encuesta, realizada a 1576 investigadores de diversas áreas, un 90% de los científicos declaraban que la ciencia actual adolece de problemas de reproducibilidad. Lo más sorprendente es que la primera razón de todas era la elaboración de informes selectivos o sesgados por parte de los científicos. ¿Cómo es posible? La ciencia es una actividad humana y como tal hereda indefectiblemente nuestros propios defectos. Esto ocurre así pese a nuestros esfuerzos por seguir un método científico, debido a que el verdadero mecanismo de la ciencia es mucho más complejo de lo que se admite generalmente. En la búsqueda de la verdad los científicos olvidamos a menudo un importante hecho sobre nuestras mentes: que no sólo podemos estar ciegos ante lo obvio, sino también a nuestra propia ceguera.

Los seres humanos (y no olvidemos que los científicos lo somos) tenemos muchos sesgos, y en la actualidad hay al menos 154 catalogados, los cuales responden a nuestra necesidad de interpretar información y tomar decisiones rápidamente, aun cuando esa información sea excesiva o insuficiente. Los sesgos afectan a capacidades especialmente críticas en el mundo científico: la habilidad para decidir correctamente, para hacer estimaciones justas, para hacer juicios de valor objetivos, para atribuir relaciones causales o para establecer hipótesis.

El origen de muchos de estos efectos psicológicos reside en lo que se conoce como ‘estructura de los dos sistemas‘. Se sabe que nuestro cerebro dispone de un sistema rápido de decisión, que es inconsciente, asociativo y automático, y que usamos el 95% del tiempo. Afortunadamente también disponemos de otro sistema, uno lento y racional, que requiere esfuerzo y que usa la lógica. Puesto que este sistema es más costoso lo usamos raras veces: un 5% del tiempo aproximadamente. Los sesgos pueden operar de múltiples maneras y a distintas escalas. En particular, muchos sesgos pueden trabajar de manera simultánea, e incluso conjuntamente, pero también pueden operar en sentidos opuestos. Por ejemplo, el sesgo de confirmación tiende a rechazar ideas (que no encajan con nuestra manera de pensar), mientras que el sesgo de ilusión de la validez tiende a aceptar ideas (que no están suficientemente probadas).

En la población general los sesgos y prejuicios están ampliamente instalados

En el ámbito científico, hay preocupación por estos sesgos y prejuicios, se han estudiado y catalogado, se propician métodos y estrategias que puedan minimizarlos, se fomenta la autocrítica, la duda y la comprobación por pares. En la población general los sesgos y prejuicios están ampliamente instalados, sin apenas herramientas cognitivas o sociales con las que combatirlos, incluso fomentados por las clases dominantes porque el conocimiento de esos sesgos permite la manipulación: crear estados de opinión ad hoc, propiciar miedos y aversiones, asentar ideologías, ocultar eventos y acciones, modificar conductas sociales, alimentar políticas comerciales y hábitos de consumo, etc. Y cuando esos sesgos se extreman en torno a unas pocas ideas se convierten en fundamentalismo, fanatismo, pseudociencias, negacionismo, teorías de conspiración, etc.

Nada da más miedo que las personas que tienen sus ideas ‘demasiado claras’.

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Sesgos Cognitivos

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Estupidez y Filosofía, por Gilles Deleuze

Estupidez y Filosofía, por Gilles Deleuze

Estupidez y Filosofía, por Gilles Deleuze

Para el pensador francés Gilles Deleuze (1925-1995), si la Inteligencia es objeto de estudio, también lo debe ser su detractora, la Estupidez, pues a la filosofía le corresponde examinar críticamente el razonar para abrir grietas en la seguridad de lo ya pensado y atreverse a ensayar nuevas refutaciones o provocaciones, allí donde la comodidad o la pereza intelectual da por supuesto lo ya dicho, lo establecido por el poder, unas veces por costumbre, otras por imposición y otras por economía de pensamiento.

En tal sentido, entendía por Estupidez no solamente la incapacidad para pensar y tomar decisiones por cuenta propia sino, también, la incapacidad para orientar nuestra propia vida en mérito a ello. De modo que la filosofía como crítica de la estupidez busca no solamente legitimar las destrezas racionales para enfrentar y resolver problemas, sino sobre todo, que ello nos indigne y nos mueva a poner continuamente nuestro saber al servicio de la vida y de las condiciones que la posibilitan.

«La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Solo tiene este uso: denunciar la bajeza del pensamiento bajo todas sus formas. ¿Existe alguna disciplina, fuera de la filosofía, que se proponga la crítica de todas las mixtificaciones, sea cual sea su origen y su fin? Denunciar las ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar en la mixtificación esta mezcla de bajeza y estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las víctimas y de los autores».

«Por muy grandes que sean, la estupidez y la bajeza serían aún mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impide ir todo lo lejos que querrían, que respectivamente les prohíbe, aunque solo sea por el qué dirán, ser todo lo estúpida y lo baja que cada una por su cuenta desearía. No les son permitidos ciertos excesos, pero ¿quién, excepto la filosofía, se los prohíbe? ¿quién les obliga a enmascararse, a adoptar aires nobles e inteligentes, aires de pensador».

Teoría de la Estupidez, por Dietrich Bonhoeffer

Teoría de la Estupidez, por Dietrich Bonhoeffer

Teoría de la Estupidez, por Dietrich Bonhoeffer

Para Bonhoeffer, teólogo ejecutado por los nazis por salvar a judíos y participar en el Plan Valkiria, la Estupidez no es simplemente una falta de inteligencia, sino una condición moral y social y la describió como una forma de maldad que puede ser más peligrosa que la propia maldad consciente, ya que las personas estúpidas actúan sin comprender las consecuencias de sus acciones y son incapaces de reflexionar críticamente. Bonhoeffer observó que la estupidez se propaga especialmente en contextos de poder y dominación. Las estructuras autoritarias y las ideologías totalitarias fomentan la estupidez al promover la conformidad y la obediencia ciega. En tales contextos, las personas son incentivadas a renunciar a su pensamiento crítico y aceptar sin cuestionar las órdenes y creencias impuestas por los líderes. Alguien no es estúpido porque sí, sino que se vuelve estúpido debido a un contexto concreto. Es una forma particular del impacto de las circunstancias históricas sobre los seres humanos.

Responsable de la web

Escéptico y Misántropo

Dietrich Bonhoeffer desarrolló una perspectiva única sobre la estupidez humana en sus cartas y escritos desde la prisión. Su Teoría de la Estupidez va más allá d e una simple falta de inteligencia, explorando cómo la estupidez puede ser una fuerza destructiva en la sociedad. Fue un pastor luterano y teólogo que se opuso firmemente al nazismo. Fue arrestado en 1943 por su participación en complots contra Hitler y ejecutado en 1945.

Para Bonhoeffer, la estupidez no es simplemente una falta de inteligencia, sino una condición moral y social. Describió la estupidez como una forma de maldad que puede ser más peligrosa que la propia maldad consciente, ya que las personas estúpidas actúan sin comprender las consecuencias de sus acciones y son incapaces de reflexionar críticamente.

Principales Características de la Estupidez

  • Falta de Autonomía: Las personas estúpidas según Bonhoeffer no son independientes en su pensamiento. Su juicio está influenciado por la propaganda, la presión social y la autoridad, y no son capaces de cuestionar o desafiar estas influencias.
  • Incapacidad de Reflexión Crítica: La estupidez implica una falta de capacidad para reflexionar críticamente sobre las propias acciones y creencias. Las personas estúpidas aceptan pasivamente lo que se les dice sin cuestionarlo.
  • Peligrosidad: Bonhoeffer argumentaba que la estupidez es más peligrosa que la maldad porque las personas estúpidas no reconocen su propia peligrosidad. Pueden causar daño sin ser conscientes de ello y son más difíciles de confrontar y corregir.

«La estupidez es un enemigo más peligroso del bien que la malicia. Uno puede protestar contra el mal; puede ser expuesto, y si es necesario, impedido por le uso de la fuerza. El mal siempre lleva dentro de sí el germen de su propia subversión en el sentido de que deja en los seres humanos al menos una sensación de malestar. Contra la estupidez estamos indefensos. Ni las protestas ni el uso de la fuerza logran nada aquí; las razones caen en oídos sordos; simplemente no es necesario creer en los hechos que contradicen el prejuicio de uno (en esos momentos la persona estúpida incluso se vuelve crítica) y cuando los hechos son irrefutables simplemente se los deja de lado como si fueran intrascendentes, como incidentales. En todo esto, la persona estúpida, en contraste con la maliciosa, está completamente satisfecha de sí misma, y al irritarse fácilmente, se vuelve peligrosa al lanzarse al ataque, por esta razón, se requiere mayor cautela que con uno malicioso. Nunca más intentaremos persuadir al estúpido con razones, porque es un sinsentido y peligroso».

Bonhoeffer observó que la estupidez se propaga especialmente en contextos de poder y dominación. Las estructuras autoritarias y las ideologías totalitarias fomentan la estupidez al promover la conformidad y la obediencia ciega. En tales contextos, las personas son incentivadas a renunciar a su pensamiento crítico y aceptar sin cuestionar las órdenes y creencias impuestas por los líderes. Su perspectiva es que no influyen las condiciones personales, sino más bien las circunstancias externas. Digamos que alguien no es estúpido porque sí, sino que se vuelve estúpido debido a un contexto concreto. «La impresión que se tiene no es tanto de que la estupidez sea un defecto congénito, sino de que, en determinadas circunstancias, las personas se vuelven estúpidas o permiten que esto les suceda». Así parecería que la estupidez es quizás menos un problema psicológico que sociológico. Es una forma particular del impacto de las circunstancias históricas sobre los seres humanos.

La Teoría de la Estupidez de Bonhoeffer tiene profundas implicaciones para la comprensión de los comportamientos humanos en contextos sociopolíticos. Algunas de estas implicaciones incluyen:

  • Importancia de la Educación Crítica: Fomentar el pensamiento crítico y la autonomía intelectual es esencial para contrarrestar la estupidez. La educación debe enfocarse en enseñar a las personas a cuestionar y reflexionar críticamente sobre la información y las creencias.
  • Riesgos de las Estructuras Autoritarias: Las sociedades deben estar alertas a los peligros de las estructuras autoritarias que promueven la obediencia ciega y la conformidad. La democracia y la libertad de expresión son cruciales para combatir la estupidez.
  • Vigilancia del Poder: La teoría de Bonhoeffer subraya la necesidad de una vigilancia constante del poder y la autoridad para prevenir la propagación de la estupidez. La ciudadanía debe ser activa y comprometida en cuestionar y responsabilizar a sus líderes.

La teoría de la estupidez de Dietrich Bonhoeffer ofrece una visión perspicaz y provocativa sobre cómo la falta de pensamiento crítico puede ser una fuerza destructiva en la sociedad. Al comprender y abordar las características de la estupidez, podemos trabajar para fomentar una cultura de pensamiento crítico, autonomía intelectual y responsabilidad social, previniendo así los peligros asociados con la conformidad ciega y la obediencia sin cuestionamiento.

Es entonces, a comienzos de la década de los años 30, cuando empieza el ascenso del nazismo en las instituciones alemanas, con el consentimiento silencioso de los poderes eclesiásticos cristianos, religión mayoritaria en Alemania. Surgieron los ‘cristianos alemanes‘ (Deutsche Christen), los cuales se diferenciaron del resto por su rápida asunción de los valores racistas y nacionalistas de la ideología nazi. Intentó salvar al mayor número de judíos posible desde su posición de infiltrado, hasta que le descubrieron en 1943, y llevado a la prisión de Tegel, en Berlín, en la que estuvo un año y medio acusado de conspiración (y en la que por cierto escribió las líneas sobre la estupidez). Dos años después, le llevaron al campo de concentración de Buchenwald debido su relación con el Plan Valquiria, el atentado fallido del 20 de julio de 1944 que pretendía asesinar a Hitler. Lo ejecutaron en 1945.

Para Bonhoeffer, el mal no se personalizó en generales militares que ordenaron exterminar a miles de judíos porque recibían órdenes de arriba, sino la banalización del mal, la estupidez que hizo que el discurso de odio inoculado por las autoridades nazis colara tan bien entre la sociedad, entre lo que podríamos llamar ‘gente corriente’.

El Cementerio está lleno de buenas intenciones

Teoría de la Estupidez, según Carlo Cipolla

Teoría de la Estupidez, según Carlo Cipolla

Teoría de la Estupidez, según Carlo Cipolla

Para Carlo Cipolla los Estúpidos son esas personas capaces de perjudicar a los demás sin beneficiarse él o incluso perjudicándose. Formuló las Leyes de la Estupidez, como que «Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida» o que «Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir». Para Cipolla son un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la mafia.

Habría que diferenciar al inteligente del listo, por eso hay personas muy listas que se comportan de forma estúpida. Un estúpido puede ser analfabeto o licenciado, rico o pobre, joven o adulto, de izquierdas o de derechas, creyente o ateo, listo o tonto. Es difícil que nos consideremos estúpidos a nosotros mismos pero el caso es que hay muchos y nada nos asegura que no seamos nosotros, a ojos de los demás, uno de ellos.

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Escéptico y Misántropo

El economista Carlo Cipolla exploró el controvertido tema de la estupidez, formulando su famosa Teoría de la Estupidez, expresada por primera vez en su ingenioso ensayo breve de 1988 titulado «Allegro ma non troppo». Los Estúpidos son esas personas capaces de perjudicar a los demás sin beneficiarse él o incluso perjudicándose. Para Cipolla son un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la mafia, o el Complejo Militar Industrial (MIC). El grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos, consigue ejercer un gran efecto con una coordinación increíble.

Cipolla formula las Leyes Fundamentales de la Estupidez:

1. Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación. Continuamente nos sorprendemos al descubrir cómo personas que considerábamos racionales se comportan de forma ‘desvergonzadamente estúpida’, y cómo estos actos de maldad inconscientes afloran en los peores lugares en los peores momentos.

2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona. Yo puedo ser estúpido (altamente probable), lo puedes ser tú (por supuesto que no) y lo puede ser el rey. Uno de los grandes milagros de la naturaleza es haber distribuido la estupidez de manera equitativa por todas las clases sociales, razas y condiciones sociales.

3. Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.

4. Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso. «Uno puede intentar ganarle la partida a un estúpido y, hasta cierto punto, puede hacerlo, pero a causa de su comportamiento errático, uno no puede prever todas las acciones y reacciones del estúpido y por lo tanto, terminará siendo pulverizado por sus movimientos impredecibles»

5. Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.

 

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Cipolla considera que hay cuatro tipo de personas: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos, siendo el estúpido, para él, el peor de todos ellos. El incauto es una persona que es capaz de beneficiar a los demás aun perjudicándose a sí mismo. El inteligente toma las decisiones más precisas para beneficiarse él pero, también, a los demás. El malvado actúa movido sólo por el beneficio propio sin importarle perjudicar a los otros. El estúpido es esa persona capaz de perjudicar a los demás sin beneficiarse él o incluso perjudicándose.

Para Cipolla, desde el punto de vista estrictamente económico y utilitarista (lo que algunos ven de inspiración en el filósofo Bentham), un Malvado es preferible a un Estúpido, puesto que las actividades del malvado a la postre significan que algunos bienes cambian de manos, mientras que las actividades de los estúpidos no presuponen beneficio para nadie. Los modelos no son puros. Una persona inteligente puede tender a ser incauta (cuanto más incauta sea menos se beneficiará a sí misma y más a los demás) o a ser malvada (cuanto más se acerque a la maldad más perjudicará a los otros y más actuará en beneficio propio). El malvado oscila entre la inteligencia y la maldad. El incauto entre la estupidez y la inteligencia. El estúpido está a medio camino entre los malvados y los incautos.

Un estúpido puede ser analfabeto o licenciado, rico o pobre, joven o adulto, de izquierdas o de derechas, creyente o ateo, listo o tonto. Lo que diferencia al estúpido del que no lo es, es sólo la inteligencia. Habría que diferenciar al inteligente del listo, siendo el inteligente el que tiene capacidad para comprender, analizar, tener una visión global, reflexionar y tomar decisiones mientras que el listo sería una persona hábil capaz de resolver problemas más inmediatos. Por eso hay personas muy listas que se comportan de forma estúpida. Cipolla se lanzó a escrudiñar a sus compañeros de universidad. Había estúpidos entre los trabajadores, entre los estudiantes y entre los catedráticos, así que ¿por qué no ir un poco más allá? «Desconcertado por los resultados, extendí mi investigación a un grupo particularmente selecto, a una verdadera élite, los ganadores del premio Nobel». El resultado confirmó, en sus palabras, los ‘poderes supremos de la naturaleza’: «Una parte de los ganadores del Nobel son estúpidos».

Todos nos creemos inteligentes, incautos e incluso malvados, pero es difícil que nos consideremos estúpidos. Pero el caso es que hay muchos y nada nos asegura que no seamos nosotros, a ojos de los demás, uno de ellos.

El profesor italiano presentaba en su divertido razonamiento un apartado en el que resaltaba el poder sin límites de los estúpidos, que como el diablo de «Sospechosos habituales», han convencido a los demás de que no existen. «Son peligrosos y dañinos porque para la gente razonable es difícil imaginar y entender su comportamiento irracional», recordaba. Alguien inteligente, una vez más, entendería perfectamente comprensible al Malvado, pero no al Estúpido, lo que los hace particularmente venenosos. Su marco mental es otro: por un lado es fácimente sorprendido por sus ataques, e incluso cuando no lo hace, no puede organizar una defensa racional, porque su ataque carece de cualquier estructura. En otras palabras, apelando a la célebre frase atribuida a Mark Twain, «nunca discutas con un ignorante, te hará descender a tu nivel y ahí te vencerá por experiencia».

 

 

Bienvenidos al Gran Cataclismo Planetario

Bienvenidos al Gran Cataclismo Planetario

Bienvenidos al Gran Desastre Planetario

Esta mal llamada Civilización Humana ha protagonizado una espiral de crecimiento desmesurado y afán de dominio sobre el resto de seres vivos del planeta Tierra que le ha llevado a este umbral del Gran Desastre Planetario, donde el 70% de las especies animnales ya se han extinguido y el delicado equilibrio ecológico de Gaia está a punto de romperse. La voracidad, egoismo y avaricia de esa especie (ahora devenida plaga), capitalizada por un grupo reducido de Potentados aprovechándose del borreguismo de la gran masa.

La Tierra no le pertenece al Homo Sapiens, es propiedad del conjunto de seres vivos que viven sobre él, más los que han vivido y los que vivirán. Gaia no tiene propietarios. Gaia es un conjunto, y es una suma, y es un Ecosistema, y es un ‘organismo’. Del que el ser humano es un cáncer, que amenaza con matar al huesped. Es hora de que Gaia se defienda y restaure el equilibrio, que su sistema inmunitario entre en lucha contra el agente cancerígeno, es hora de sanar de extirpar y sanar al paciente.

Fruto de la voracidad desmedida del Homo Sapiens, el Gran Desastre Planetario es inevitable, y eso se volverá contra él: sequías, hambre, incendios, inundaciones, contaminación, fenómenos meteorológicos extremos, alteración del ciclo del agua, desastre agrícola por las inclemencias y la desaparición de estaciones regulaes, pérdida del oceano como fuente de alimento por la intoxicación de metales pesados y microplásticos, proliferación de virus y bacterias dañinos para el ser humano, agotamiento de los recursos materiales (petroleo, gas, cobre, litio, aluminio…), crisis económica, crispación social, guerras por los recursos, migraciones masivas.

No es suficiente. Gaia necesita ayuda. Ha llegado el momento de que quienes creemos en la destrucción del Antropoceno, en la creación de un Nuevo Orden Mundial basado en un Nuevo Hombre que no busca explotar el planeta sino vivir en él, integrado en ese Ecosistema llmado Gaia del que no se considera dueño. Somos meros inquilinos. La evolución nos ha dotado de un cerebro complejo, nos ha capacitado para la adquisición de autoconsciencia, para la creación artística, para la reflexión filosófica y científica, para la búsqueda de nuevos valores basados en el altruismo, la cooperación y el egoismo inteligente. Al igual que el Cromagnon dejó atrás al Neandertal, es hora de que quienes aspiramos a un Nuevo Hombre, de erradicar esa especie estúpida y prepotente que se cree «la culminación de la evolución» mientras opera bajo parámetros puramente instintos y aninales, gobernando por su sistema más límbico y primario: destruyendo, acaparando, creciendo ilimitadamente, ‘consumiendo’ todos los recursos, sin medir las consecuencia de sus actos, sin pensar en sus vecinos, en sus hijos, en el resto de especies, en el propio planeta

Bienvenidos, trisolarianos

Bienvenidos, trisolarianos

Durante la China de Mao, una joven astrofisica (Ye Wenjie) lanza un potente mensaje al espacio a posibles especies alienigenas. Diez años despues responden: un alienigena pacifista pide que no manden mas mensajes porque, si lo hacen, sus congeneres localizaran el planeta de origen y lo invadirán.


Desesperanzada del ser humano contesta en secreto: confia que la intervencion de los Trisolarianos (planeta ligado a tres soles) ayuden a salvar a la Humanidad. Durante años Wenjie mantiene contacto secreto con el sistema de los tres soles. Arropada por una secta de amigos de los trisolarianos, que esperan la llegada de los alienigenas en unos 450 años, se dividen en dos corrientes: unos (como Ye Wenjie), esperan que ayuden a la Humanidad; otros, que la destruyan porque es dañina y no merece vivir.


Para los trisolarianos, la Humanidad son insectos: seres inferiores, torpes y dañinos. Su planeta de origen vive sometido a terribles catastrofes naturales y ellos obligados a readaptarse y sobrevivir. Mientras tanto, un planeta estable y lleno de vida como La Tierra ve esquilmados sus recursos y aniquilados sus habitantes por una especie voraz, estupida y autodestructiva.


Los trisolarianos son ficcion. La Teoria Gaia es eso, una Teoria.
Este blog aboga por la extincion como especie de esa plaga autodenominada pretenciosamente Homo Sapiens. Estupida y voraz, pastoreada por una pequeña minoria mundial avariciosa, codiciosa y sedienta de poder. 100 millones de seres dirigiendo la vida de 7.000 millones manipulando sus mas bajos instintos.

No soy ingenuo. No puedo racionalmente confiar en que lleguen los trisolarianos pero sí sé que Gaia ha puesto en marcha sus mecanismos de autoproteccion, intentando preservar el Equilibrio Ecobiologico Global. A punto de cruzar el Punto sin Retorno (cambio climatico, etc) su Respuesta abrira una etapa de infiernos sobre el ser humano.


Bienvenidos al Principio del Gran Cataclismo BioGlobal. A favor de Gaia. En contra de los ‘insectos’.

Bienvenidos

Bienvenidos

La Venganza de Gaia


Barakaria es un lugar y es un momento.

Esta mal llamada Civilización Humana ha protagonizado una espiral de crecimiento desmesurado y afán de dominio sobre el resto de seres vivos del planeta Tierra que le ha llevado a este umbral del Gran Desastre Planetario, donde el 70% de las especies animnales ya se han extinguido y el delicado equilibrio ecológico de Gaia está a punto de romperse. La voracidad, egoismo y avaricia de esa especie (ahora devenida plaga), capitalizada por un grupo reducido de Potentados aprovechándose del borreguismo de la gran masa.

La Tierra no le pertenece al Homo Sapiens, es propiedad del conjunto de seres vivos que viven sobre él, más los que han vivido y los que vivirán. Gaia no tiene propietarios. Gaia es un conjunto, y es una suma, y es un Ecosistema, y es un organismo. Del que el ser humano es un cáncer, que amenaza con matar al organismo. Es hora de que Gaia se defienda y restaure el equilibrio, que su sistema inmunitario entre en lucha contra el agente cancerígeno, es hora de sanar de extirpar y sanar al paciente.

Fruto de la voracidad desmedida del Homo Sapiens, el Gran Desastre Planetario es inevitable, y eso se volverá contra él: sequías, hambre, incendios, inundaciones, contaminación, fenómenos meteorológicos extremos, alteración del ciclo del agua, desastre agrícola por las inclemencias y la desaparición de estaciones regulaes, pérdida del oceano como fuente de alimento por la intoxicación de metales pesados y microplásticos, proliferación de virus y bacterias dañinos para el ser humano, agotamiento de los recursos materiales (petroleo, gas, cobre, litio, aluminio…), crisis económica, crispación social, guerras por los recursos, migraciones masivas.

No es suficiente. Gaia necesita ayuda. Ha llegado el momento de que quienes creemos en la destrucción del Antropoceno, en la creación de un Nuevo Orden Mundial basado en un Nuevo Hombre que no busca explotar el planeta sino vivir en él, integrado en ese Ecosistema llmado Gaia del que no se considera dueño. Somos meros inquilinos. La evolución nos ha dotado de un cerebro complejo, nos ha capacitado para la adquisición de autoconsciencia, para la creación artística, para la reflexión filosófica y científica, para la búsqueda de nuevos valores basados en el altruismo, la cooperación y el egoismo inteligente. Al igual que el Cromagnon dejó atrás al Neandertal, es hora de que quienes aspiramos a un Nuevo Hombre, de erradicar esa especie estúpida y prepotente que se cree «la culminación de la evolución» mientras opera bajo parámetros puramente instintos y aninales, gobernando por su sistema más límbico y primario: destruyendo, acaparando, creciendo ilimitadamente, ‘consumiendo’ todos los recursos, sin medir las consecuencia de sus actos, sin pensar en sus vecinos, en sus hijos, en el resto de especies, en el propio planeta.

Nace así NeoGaia
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