Estupidez y Filosofía, por Gilles Deleuze

Estupidez y Filosofía, por Gilles Deleuze

Estupidez y Filosofía, por Gilles Deleuze

Para el pensador francés Gilles Deleuze (1925-1995), si la Inteligencia es objeto de estudio, también lo debe ser su detractora, la Estupidez, pues a la filosofía le corresponde examinar críticamente el razonar para abrir grietas en la seguridad de lo ya pensado y atreverse a ensayar nuevas refutaciones o provocaciones, allí donde la comodidad o la pereza intelectual da por supuesto lo ya dicho, lo establecido por el poder, unas veces por costumbre, otras por imposición y otras por economía de pensamiento.

En tal sentido, entendía por Estupidez no solamente la incapacidad para pensar y tomar decisiones por cuenta propia sino, también, la incapacidad para orientar nuestra propia vida en mérito a ello. De modo que la filosofía como crítica de la estupidez busca no solamente legitimar las destrezas racionales para enfrentar y resolver problemas, sino sobre todo, que ello nos indigne y nos mueva a poner continuamente nuestro saber al servicio de la vida y de las condiciones que la posibilitan.

«La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Solo tiene este uso: denunciar la bajeza del pensamiento bajo todas sus formas. ¿Existe alguna disciplina, fuera de la filosofía, que se proponga la crítica de todas las mixtificaciones, sea cual sea su origen y su fin? Denunciar las ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar en la mixtificación esta mezcla de bajeza y estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las víctimas y de los autores».

«Por muy grandes que sean, la estupidez y la bajeza serían aún mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impide ir todo lo lejos que querrían, que respectivamente les prohíbe, aunque solo sea por el qué dirán, ser todo lo estúpida y lo baja que cada una por su cuenta desearía. No les son permitidos ciertos excesos, pero ¿quién, excepto la filosofía, se los prohíbe? ¿quién les obliga a enmascararse, a adoptar aires nobles e inteligentes, aires de pensador».

Teoría de la Estupidez, por Dietrich Bonhoeffer

Teoría de la Estupidez, por Dietrich Bonhoeffer

Teoría de la Estupidez, por Dietrich Bonhoeffer

Para Bonhoeffer, teólogo ejecutado por los nazis por salvar a judíos y participar en el Plan Valkiria, la Estupidez no es simplemente una falta de inteligencia, sino una condición moral y social y la describió como una forma de maldad que puede ser más peligrosa que la propia maldad consciente, ya que las personas estúpidas actúan sin comprender las consecuencias de sus acciones y son incapaces de reflexionar críticamente. Bonhoeffer observó que la estupidez se propaga especialmente en contextos de poder y dominación. Las estructuras autoritarias y las ideologías totalitarias fomentan la estupidez al promover la conformidad y la obediencia ciega. En tales contextos, las personas son incentivadas a renunciar a su pensamiento crítico y aceptar sin cuestionar las órdenes y creencias impuestas por los líderes. Alguien no es estúpido porque sí, sino que se vuelve estúpido debido a un contexto concreto. Es una forma particular del impacto de las circunstancias históricas sobre los seres humanos.

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Escéptico y Misántropo

Dietrich Bonhoeffer desarrolló una perspectiva única sobre la estupidez humana en sus cartas y escritos desde la prisión. Su Teoría de la Estupidez va más allá d e una simple falta de inteligencia, explorando cómo la estupidez puede ser una fuerza destructiva en la sociedad. Fue un pastor luterano y teólogo que se opuso firmemente al nazismo. Fue arrestado en 1943 por su participación en complots contra Hitler y ejecutado en 1945.

Para Bonhoeffer, la estupidez no es simplemente una falta de inteligencia, sino una condición moral y social. Describió la estupidez como una forma de maldad que puede ser más peligrosa que la propia maldad consciente, ya que las personas estúpidas actúan sin comprender las consecuencias de sus acciones y son incapaces de reflexionar críticamente.

Principales Características de la Estupidez

  • Falta de Autonomía: Las personas estúpidas según Bonhoeffer no son independientes en su pensamiento. Su juicio está influenciado por la propaganda, la presión social y la autoridad, y no son capaces de cuestionar o desafiar estas influencias.
  • Incapacidad de Reflexión Crítica: La estupidez implica una falta de capacidad para reflexionar críticamente sobre las propias acciones y creencias. Las personas estúpidas aceptan pasivamente lo que se les dice sin cuestionarlo.
  • Peligrosidad: Bonhoeffer argumentaba que la estupidez es más peligrosa que la maldad porque las personas estúpidas no reconocen su propia peligrosidad. Pueden causar daño sin ser conscientes de ello y son más difíciles de confrontar y corregir.

«La estupidez es un enemigo más peligroso del bien que la malicia. Uno puede protestar contra el mal; puede ser expuesto, y si es necesario, impedido por le uso de la fuerza. El mal siempre lleva dentro de sí el germen de su propia subversión en el sentido de que deja en los seres humanos al menos una sensación de malestar. Contra la estupidez estamos indefensos. Ni las protestas ni el uso de la fuerza logran nada aquí; las razones caen en oídos sordos; simplemente no es necesario creer en los hechos que contradicen el prejuicio de uno (en esos momentos la persona estúpida incluso se vuelve crítica) y cuando los hechos son irrefutables simplemente se los deja de lado como si fueran intrascendentes, como incidentales. En todo esto, la persona estúpida, en contraste con la maliciosa, está completamente satisfecha de sí misma, y al irritarse fácilmente, se vuelve peligrosa al lanzarse al ataque, por esta razón, se requiere mayor cautela que con uno malicioso. Nunca más intentaremos persuadir al estúpido con razones, porque es un sinsentido y peligroso».

Bonhoeffer observó que la estupidez se propaga especialmente en contextos de poder y dominación. Las estructuras autoritarias y las ideologías totalitarias fomentan la estupidez al promover la conformidad y la obediencia ciega. En tales contextos, las personas son incentivadas a renunciar a su pensamiento crítico y aceptar sin cuestionar las órdenes y creencias impuestas por los líderes. Su perspectiva es que no influyen las condiciones personales, sino más bien las circunstancias externas. Digamos que alguien no es estúpido porque sí, sino que se vuelve estúpido debido a un contexto concreto. «La impresión que se tiene no es tanto de que la estupidez sea un defecto congénito, sino de que, en determinadas circunstancias, las personas se vuelven estúpidas o permiten que esto les suceda». Así parecería que la estupidez es quizás menos un problema psicológico que sociológico. Es una forma particular del impacto de las circunstancias históricas sobre los seres humanos.

La Teoría de la Estupidez de Bonhoeffer tiene profundas implicaciones para la comprensión de los comportamientos humanos en contextos sociopolíticos. Algunas de estas implicaciones incluyen:

  • Importancia de la Educación Crítica: Fomentar el pensamiento crítico y la autonomía intelectual es esencial para contrarrestar la estupidez. La educación debe enfocarse en enseñar a las personas a cuestionar y reflexionar críticamente sobre la información y las creencias.
  • Riesgos de las Estructuras Autoritarias: Las sociedades deben estar alertas a los peligros de las estructuras autoritarias que promueven la obediencia ciega y la conformidad. La democracia y la libertad de expresión son cruciales para combatir la estupidez.
  • Vigilancia del Poder: La teoría de Bonhoeffer subraya la necesidad de una vigilancia constante del poder y la autoridad para prevenir la propagación de la estupidez. La ciudadanía debe ser activa y comprometida en cuestionar y responsabilizar a sus líderes.

La teoría de la estupidez de Dietrich Bonhoeffer ofrece una visión perspicaz y provocativa sobre cómo la falta de pensamiento crítico puede ser una fuerza destructiva en la sociedad. Al comprender y abordar las características de la estupidez, podemos trabajar para fomentar una cultura de pensamiento crítico, autonomía intelectual y responsabilidad social, previniendo así los peligros asociados con la conformidad ciega y la obediencia sin cuestionamiento.

Es entonces, a comienzos de la década de los años 30, cuando empieza el ascenso del nazismo en las instituciones alemanas, con el consentimiento silencioso de los poderes eclesiásticos cristianos, religión mayoritaria en Alemania. Surgieron los ‘cristianos alemanes‘ (Deutsche Christen), los cuales se diferenciaron del resto por su rápida asunción de los valores racistas y nacionalistas de la ideología nazi. Intentó salvar al mayor número de judíos posible desde su posición de infiltrado, hasta que le descubrieron en 1943, y llevado a la prisión de Tegel, en Berlín, en la que estuvo un año y medio acusado de conspiración (y en la que por cierto escribió las líneas sobre la estupidez). Dos años después, le llevaron al campo de concentración de Buchenwald debido su relación con el Plan Valquiria, el atentado fallido del 20 de julio de 1944 que pretendía asesinar a Hitler. Lo ejecutaron en 1945.

Para Bonhoeffer, el mal no se personalizó en generales militares que ordenaron exterminar a miles de judíos porque recibían órdenes de arriba, sino la banalización del mal, la estupidez que hizo que el discurso de odio inoculado por las autoridades nazis colara tan bien entre la sociedad, entre lo que podríamos llamar ‘gente corriente’.

El Cementerio está lleno de buenas intenciones

Teoría de la Estupidez, según Carlo Cipolla

Teoría de la Estupidez, según Carlo Cipolla

Teoría de la Estupidez, según Carlo Cipolla

Para Carlo Cipolla los Estúpidos son esas personas capaces de perjudicar a los demás sin beneficiarse él o incluso perjudicándose. Formuló las Leyes de la Estupidez, como que «Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida» o que «Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir». Para Cipolla son un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la mafia.

Habría que diferenciar al inteligente del listo, por eso hay personas muy listas que se comportan de forma estúpida. Un estúpido puede ser analfabeto o licenciado, rico o pobre, joven o adulto, de izquierdas o de derechas, creyente o ateo, listo o tonto. Es difícil que nos consideremos estúpidos a nosotros mismos pero el caso es que hay muchos y nada nos asegura que no seamos nosotros, a ojos de los demás, uno de ellos.

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Escéptico y Misántropo

El economista Carlo Cipolla exploró el controvertido tema de la estupidez, formulando su famosa Teoría de la Estupidez, expresada por primera vez en su ingenioso ensayo breve de 1988 titulado «Allegro ma non troppo». Los Estúpidos son esas personas capaces de perjudicar a los demás sin beneficiarse él o incluso perjudicándose. Para Cipolla son un grupo más poderoso que grandes organizaciones como la mafia, o el Complejo Militar Industrial (MIC). El grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos, consigue ejercer un gran efecto con una coordinación increíble.

Cipolla formula las Leyes Fundamentales de la Estupidez:

1. Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación. Continuamente nos sorprendemos al descubrir cómo personas que considerábamos racionales se comportan de forma ‘desvergonzadamente estúpida’, y cómo estos actos de maldad inconscientes afloran en los peores lugares en los peores momentos.

2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona. Yo puedo ser estúpido (altamente probable), lo puedes ser tú (por supuesto que no) y lo puede ser el rey. Uno de los grandes milagros de la naturaleza es haber distribuido la estupidez de manera equitativa por todas las clases sociales, razas y condiciones sociales.

3. Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.

4. Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso. «Uno puede intentar ganarle la partida a un estúpido y, hasta cierto punto, puede hacerlo, pero a causa de su comportamiento errático, uno no puede prever todas las acciones y reacciones del estúpido y por lo tanto, terminará siendo pulverizado por sus movimientos impredecibles»

5. Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.

 

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Cipolla considera que hay cuatro tipo de personas: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos, siendo el estúpido, para él, el peor de todos ellos. El incauto es una persona que es capaz de beneficiar a los demás aun perjudicándose a sí mismo. El inteligente toma las decisiones más precisas para beneficiarse él pero, también, a los demás. El malvado actúa movido sólo por el beneficio propio sin importarle perjudicar a los otros. El estúpido es esa persona capaz de perjudicar a los demás sin beneficiarse él o incluso perjudicándose.

Para Cipolla, desde el punto de vista estrictamente económico y utilitarista (lo que algunos ven de inspiración en el filósofo Bentham), un Malvado es preferible a un Estúpido, puesto que las actividades del malvado a la postre significan que algunos bienes cambian de manos, mientras que las actividades de los estúpidos no presuponen beneficio para nadie. Los modelos no son puros. Una persona inteligente puede tender a ser incauta (cuanto más incauta sea menos se beneficiará a sí misma y más a los demás) o a ser malvada (cuanto más se acerque a la maldad más perjudicará a los otros y más actuará en beneficio propio). El malvado oscila entre la inteligencia y la maldad. El incauto entre la estupidez y la inteligencia. El estúpido está a medio camino entre los malvados y los incautos.

Un estúpido puede ser analfabeto o licenciado, rico o pobre, joven o adulto, de izquierdas o de derechas, creyente o ateo, listo o tonto. Lo que diferencia al estúpido del que no lo es, es sólo la inteligencia. Habría que diferenciar al inteligente del listo, siendo el inteligente el que tiene capacidad para comprender, analizar, tener una visión global, reflexionar y tomar decisiones mientras que el listo sería una persona hábil capaz de resolver problemas más inmediatos. Por eso hay personas muy listas que se comportan de forma estúpida. Cipolla se lanzó a escrudiñar a sus compañeros de universidad. Había estúpidos entre los trabajadores, entre los estudiantes y entre los catedráticos, así que ¿por qué no ir un poco más allá? «Desconcertado por los resultados, extendí mi investigación a un grupo particularmente selecto, a una verdadera élite, los ganadores del premio Nobel». El resultado confirmó, en sus palabras, los ‘poderes supremos de la naturaleza’: «Una parte de los ganadores del Nobel son estúpidos».

Todos nos creemos inteligentes, incautos e incluso malvados, pero es difícil que nos consideremos estúpidos. Pero el caso es que hay muchos y nada nos asegura que no seamos nosotros, a ojos de los demás, uno de ellos.

El profesor italiano presentaba en su divertido razonamiento un apartado en el que resaltaba el poder sin límites de los estúpidos, que como el diablo de «Sospechosos habituales», han convencido a los demás de que no existen. «Son peligrosos y dañinos porque para la gente razonable es difícil imaginar y entender su comportamiento irracional», recordaba. Alguien inteligente, una vez más, entendería perfectamente comprensible al Malvado, pero no al Estúpido, lo que los hace particularmente venenosos. Su marco mental es otro: por un lado es fácimente sorprendido por sus ataques, e incluso cuando no lo hace, no puede organizar una defensa racional, porque su ataque carece de cualquier estructura. En otras palabras, apelando a la célebre frase atribuida a Mark Twain, «nunca discutas con un ignorante, te hará descender a tu nivel y ahí te vencerá por experiencia».